─ ¿Otra vez aquí solo?
─ ¿Qué quieres? ─respondió él de forma muy borde─.
─ ¿Qué es esta vez?
─ La misma mierda de siempre ─respondió enfadado─.
─ Y esa mierda es….
─ Pues esa mierda es el clásico en que se basa mi
vida: chico conoce a chica, chico se enamora de chica, chica no le hace ni puto
caso y se enamora de otro, simple. Mismo perro, distinto collar.
─ ¿Has probado a hablar con ella?
─ No.
─ ¿No crees que ahí falla la cosa?
─ Ya lo sé qué falla, pero soy incapaz, ya sabes
como soy de tímido y lo que me cuesta expresar mis sentimientos. Ojala nunca mi
hubiera enamorado por primera vez.
─ ¿Por? ─preguntó sin entender muy bien su última
frase─.
─ Pues porque esto es como un niño pequeño. El
niño conoce que hay juguete llamado pelota y siente curiosidad por saber que es
tenerla. Sino la tiene no le importa, pero en el momento que la tiene y la
pierde o se la quitan necesita de ella, si no la misma, otra. El amor es igual.
Una vez nos enamoramos de “alguien” somos incapaces de vivir sin ese “alguien”,
lo necesitamos.
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