domingo, 18 de noviembre de 2012

Despertar solitario

Todo empezó cuando desperté en mitad de la nada completamente desorientado y cubierto de sangre. Tenia manchada la camiseta, parte del pantalón y todas las manos y los brazos. Sentía un fuerte dolor en el brazo derecho, el cual era incapaz de mover, y la cabeza me daba fuertes pinchazos. Me levanté del suelo como pude, miré aun lado y a otro del camino donde me hallaba en busca de auxilio, pero lo más que pude ver era pasto seco, no se veía ningún tipo de indicio de existencia humana. 

Comencé a caminar en una de las direcciones del camino, pero no duré mucho. A los pocos metros tuve que parar, pues el dolor del brazo al llevarlo caído era insoportable. Así pues, como puede, me quite el cinturón del pantalón con una sola mano para poder sostener mi brazo en cabestrillo. Una vez lo logré continúe divagando por los caminos durante un largo periodo de tiempo, no se si serian horas o minutos, pues no llevaba nada encima para situarme en el tiempo. Tampoco se si andaba en círculos o en línea recta, pero finalmente accedí a una especie de urbanización. Todas sus calles estaban desiertas, nadie las pisaba, no solo humanos sino tampoco animales como podrían ser los pájaros u hormigas en el suelo.

Continuaba tembloroso y el dolor de cabeza y el brazo  no cesaban. A lo lejos, en una de las aceras divisé un banco, intente llegar hasta el, pero antes de que lo alcanzara las fuerzas me fallaron, y con ello las piernas. Terminé cayendo al suelo completamente inconsciente.

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