#Capítulo 03. Dentro del manicomio. La sala de archivos
Una vez que se colaron
se dirigieron hacia la puerta de la valla que previamente se habían encontrada cerrada.
Enfrente de esta había un gran portalón que daba al patio interior del manicomio.
A medida que lo atravesaban, la luz de la calle iba desapareciendo poco a poco
ya que los muros del edificio la apantallaban.
─ Creo que va siendo
hora de ir sacando las linternas ─dijo Erik mientras se descolgaba la mochila
para cogerlas─. Ten toma esta, será mejor que la tuya.
─ Gracias.
En ese momento
prendieron las linternas haciendo que parte de la penumbra desapareciera. Ambos
empezaron apuntar hacia diferentes puntos de la cara interior del edificio. La estructura
estaba muy deteriorada y parte de los ventanales destrozados. Nuevamente y como
era de esperar Erik saco su cámara.
─ Bien, esto que ven
ahora ustedes es el patio interior del manicomio, como se puede apreciar las
ventas están completamente destrozadas por pedradas así que supongo que no
somos los primeros que nos introducimos aquí. Ahora viene la duda, ¿por dónde
empezamos?
─ Yo creo que por la
entrada ─dijo Aren mientras apuntaba con la linterna a una puerta de la cual
colgaba un cartel que ponía “entrada”.
─ Pues yo creo que también,
así que vamos para allá ─dijo mientras volvía guardar la cámara─.
Caminaron hasta la puerta
de la entrada pero al llegar a ella se encontraron con que era imposible abrirla
ya que un viejo cascote del edificio dificultaba su apertura. Como este acceso
estaba restringido los chicos se pusieron a buscar por el patio otra
alternativa para poder entrar dentro. Fue entonces cuando Aren encontró una
ventana de la cual las rejas habían sido arrancadas y la vidriera estaba rota
permitiendo el paso atreves de ella al interior
del edificio.
La ventana estaba llena
de cristales en la parte de fuera pero no en la de dentro, lo que indicaba esa
ventana había sido rota desde el interior.
Una vez entraron fueron a dar a una de las habitaciones de los interinos. Era
una habitación cuadrada de poco más de tres metros por tres metros. En ella aún
quedaba un viejo somier y con un colchón completamente roído por las ratas. Al
fondo, en el centro de la pared, había una gran puerta de gran grosor con una
pequeña mirilla que estaba entre abierta. Los chicos avanzaron entre el ruido que
provocaban los azulejos que había en
suelo.
Tras salir de ese cuarto
se encontraron un pasillo central, el cual tenía habitaciones aun lado y a otro
del mismo.
─ ¿Hacia dónde vamos?
¿Izquierda o derecha? ─pregunto Erik─.
─ Buff… no se… pero
estoy empezando a tener un mal presentimiento….
─ Si lo que quieres es
acojonarme no lo lograras ─le contesto Erik mientras apuntaba hacían un fondo
del pasillo y el otro─. Vayamos para allá, según ese cartel debería de haber unas
escaleras al final del pasillo.
Los chicos comenzaron a
avanzar, Erik encabezaba la línea mientras que Aren iba cubriendo la
retaguardia. Finalmente llegaron a las escaleras.
─ Mira eso ─comentó
Aren mientras señalaba a un cartel que había en las escaleras de subida─. Pone…
Ar… Archivos y Morg… ¿Morg que?
─ ¡Morgue tío! ¡El depósito
de cadáveres! ─gritó exaltado Erik─. ¡Vamos para arriba!
Los chicos subieron por
las escaleras y se toparon con un nuevo pasillo, esta vez el recorrido era
menor hacia la izquierda, donde se indicaba que estaban los archivos y mayor
hacia la derecha donde se indicaba que estaba la morgue.
─ Vayamos primero a
sala de archivos y después a la morgue, ¿no crees Erik?
─ Va por mi bien,
vayamos para allá.
Ambos se dirigieron
hacia la sala de archivos y aunque pareciera increíble aun contenía datos sobre
los antiguos internos. Mayoritariamente contenía los históriales de los locos
que habían fallecido allí, puesto que los más actuales no estaban. Los chichos
se pusieron a escusandear estos.
─ Mira Erik, escucha.
“Nombre: Rolf L. G.
Edad: veintinueve años.
Peligro para la sociedad: Alto riesgo elevado.
Patología: Ataques psicóticos de violencia.
Historial: El paciente Rolf L. G. ha sido ingresado en la
unidad del manicomio de Hadermask debido a que sufre repentinos ataques psicóticos
de violencia. Se le considera de un gran peligro para la sociedad por lo que ha
sido encerrado en el módulo de alto riesgo en el nivel del sótano. El sujeto es
una persona solitaria y siente un gran desprecio hacia la sociedad lo que sumado
a sus ataques le llevaba a realizar actos macabros de asesinato. El sujeto
disfruta viendo como sus víctimas se retuercen de agonía. No siente ningún tipo
de sentimiento hacia el ser humano.
Fecha de ingreso: veintidós de mayo del año mil novecientos noventa
y dos, a las trece horas y nueve minutos.
Fue atendido por: Dr. Lizuan.”
─ Joder, menudo menda
jaja. Trae, esto va para el recuerdo ─dijo mientras arrancaba la hoja del cuaderno
y se guardaba en la mochila─. Bueno creo que es suficiente, vayamos hacia donde
está la acción…. ¡La morgue!
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