lunes, 1 de julio de 2013

"El Manicomio" #Cap. 05

#Capítulo 05. Encerrado

Los chicos quedaron completamente bloqueados a la salida de la sala. Unas pisadas y unos golpes se acercaban y venían de la escalera. Aprovechando la oscuridad del fondo del pasillo se cobijaron en un rincón de esta.

─ Ni si quieras respires… ─le dijo Erik a Aren en susurro─.

De repente de la esquina que forma el pasillo con las escaleras apreció un varón de unos 30 años. Vestía unos pantalones blancos y una camisa de fuerza semidesabrochada completamente salpicados de sangre. En su mano derecha portaba un  bate de béisbol bastante dañando y el cual iba arrastrando.

─ Putas ratas…. ─dijo este por lo bajo─. ¡¡Quiero un poco de acción!! ─gritó mientras soltaba un fuerte grito de rabia y estampaba el bate contra la vidriera que tenía en frente haciendo esta añicos─.

─ No hagas ruido… ─volvíó susurrar Erik a Aren─.

Pero de nada sirvió, puesto que en ese preciso momento el móvil de Aren comenzó sonar.

─ ¡Joder apágalo!

─ ¡Eso intento!

En ese momento el varón del bate se percató de la situación y comenzó a caminar hacia donde se encontraban mientras arrastraba el bate entre los cristales que cayeron de la vidriera.

─ ¡Por fin! ¡Ya huelo a sangre! ─grito por lo bajo─.

─ ¡Joder! ¡Nos ha descubierto! ¿¡Qué coño hacemos!? ─pregunto Aren─.

─ ¡Rápido a la morgue! ─le contesto Erik─.

Los chicos retrocedieron y entraron en la sala. Buscaron una vía de escape y allí vieron una ventana. Erik le grito a Aren que saltarían por ahí pero al abrirla vieron que no era una gran idea, ya que la altura era considerable.

─ Piensa Erik…. Piensa…. ¡Piensa! ─se decía así mismo─.

─ Erik mira, alguna de las cámaras de cadáveres están libres y tienen un sistema que permiten que sean abiertas desde dentro, podemos hacer lo siguiente: Tiramos las mochilas al patio interior y nos escondemos en estas confiando que el loco ese pique el anzuelo…

─ No me gusta el plan, pero he de reconocer que es el mejor que tenemos hasta ahora… ¡Así que vamos!

Los chicos tiraron las mochilas por la ventana y estas cayeron al patio interior. Posteriormente cada uno de ellos se metió en una de las cámaras, todo ello justo a tiempo antes de que el varón entrase en la sala. Este entró y al ver las ventanas abiertas y las mochilas en el suelo del patio picó el anzuelo de que habían saltado por ahí. Nuevamente en un ataque de rabia y tras un fuerte grito estampó el bate contra las cámaras de los cadáveres, concretamente contra la puerta en la que estaba metido Erik.

Los chicos esperaron un tiempo prudencial para dar tiempo a que su cazador se fuera. Aren fue el primer en salir, debido a que ya empezaba a faltarle el oxígeno al estar encerrado en un espacio tan reducido. Cuando este aviso a Erik de que el peligro se había ido, fue el turno de este para salir. Erik giró la palanca interna para abrir la puerta y poder salir, pero debido al golpe recibido por el bate esta se había deformado quedando inutilizada.

─ ¡Joder Aren! ¡Sácame de aquí! ¡Me está empezando a faltar el oxígeno! ─gritaba desde el interior de la cámara─.

─ ¡Eso intento! ¡Pero no logro abrirla tampoco desde afuera!
Aren insistía en abrir la puerta pero lo más que abrió fue una pequeña rendija que le permito a Erik renovar el aire.

─ Erik escúchame, tranquilízate, voy a ver si busco algo para hacer palanca. Recuerdo que en la sala de archivos había una barra que quizás me sea útil, voy a buscarla. ¡Ahora vengo!

─ ¡Date prisa por favor!






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